La Catedral de Burgos fue construida por el rey Fernando III y el obispo don Mauricio, a partir de 1221 en estilo gótico, sobre la antigua catedral románica. Las obras avanzaron rápidamente y en ellas intervinieron inicialmente maestros franceses de los que desconocemos sus nombres. A finales del siglo XIII ya estaba construida la mayor parte del templo, aunque en los siglos siguientes tuvo múltiples transformaciones y ampliaciones, entre las que destacan la construcción de las agujas, a finales del siglo XV, y la del cimborrio a mediados del siglo XVI. Se trata de un edificio de planta basilical de tres naves, con crucero y girola. En las naves laterales se abren distintas capillas, entre las que sobresalen la de la Visitación, la de Santa Ana y la del Condestable, construidas en siglo XV, y la de Santiago y la de la Consolación del siglo XVI. Gran interés tiene la Escalera Dorada, realizada en estilo renacentista por Diego de Siloe en 1519. El templo custodia una serie de importantes retablos y esculturas del Gótico, del Renacimiento y del Barroco. Igualmente son muy notables las colecciones de pintura española y flamenca y las piezas de orfebrería que se exhiben en el Museo Catedralicio.
La Puerta del Sarmental fue ejecutada, en torno a 1250, por un artista muy influido por la escultura francesa. El tímpano queda presidido por una imagen de Cristo Maestro, rodeado por los Evangelistas, representados por figuras humanas y por el Tetramorfos. En las arquivoltas se ubican tallas de ángeles y de los Ancianos del Apocalipsis. En la parte baja se disponen sentados los Apóstoles. En las jambas laterales encontramos seis esculturas de las que se pueden identificar las de Moisés, Aarón, san Pedro y san Pablo. En el parteluz, se halla una escultura que se ha identificado con el obispo don Mauricio, promotor de las obras de la catedral gótica. En el remate, por encima del rosetón, aparece un conjunto de figuras de ángeles portadores de incensarios y cirios.