¡Con dos porrones!
La Bodeguilla de San Gil es como las tascas de toda la vida, de esas en las que te encuentras a gusto como en casa, picoteando cuatro cosas caseras, guisos de toda la vida como las albóndigas, los cangrejos de vino o bocatas en pan de torta y echando unos tragos de porrón. Aquí no hay florituras ni nombres complicados, pero oye: rico rico. Chuparte los dedos y mojar la salsa esta permitido (y recomendado).