Palacio de la Magdalena
La Península de La Magdalena es uno de los resaltes topográficos del entorno de la Bahía de Santander, el estuario más grande de Cantabria. Uno de los mayores atractivos de La Península es su entorno natural, con espectaculares paisajes marítimos y una notable riqueza arbórea de la que el lector encontrará algún detalle más adelante.
Las Caballerizas Reales
Las Caballerizas Reales constituyen, con el Palacio, el edificio más importante de la Península, por su historia y su íntima relación tanto con los veraneos regios como con la Universidad Internacional.
Se encuentran, además, en una zona de especial riqueza paisajística, lo que aumenta su encanto, especialmente desde que en junio de 1994 se concluyera su imprescindible rehabilitación, dirigida por el arquitecto Luis de la Fuente.
El Paraninfo
Junto a las Caballerizas se encuentra el Paraninfo, espacio que nunca ha cambiado la utilidad para la que fue diseñado: la celebración de diversos actos académicos y culturales.
Fue construido en los años treinta por González de Riancho en un estilo racionalista que contrastaba con el pintoresquismo de las Caballerizas. En los noventa Luis de la Fuente modificó algunos elementos del edificio, integrándolo en el conjunto de las Caballerizas, y lo dotó de los elementos modernos que eran imprescindibles para su uso.
El salón de actos consta de un auditorio con capacidad para de trescientas cincuenta personas y todos los recursos técnicos para la organización de congresos.
EL PALACIO REAL DE LA MAGDALENA
El edificio está construido con sillarejo en los paramentos, disponiéndose sillares de piedra a soga y tizón en esquinas y jambas de las ventanas, con líneas de imposta a lo largo de la fachada.
La sensación que produce es de varios cuerpos independientes, aunque bastante elevados en altura, con una fachada asimétrica en la que se aprecia la alternancia de cuerpos entrantes y salientes y dos torres octogonales al sur, de diferente elevación, que refuerzan la irregularidad exterior. Presenta cornisas cortadas por hastiales triangulares. Dos niveles de buhardillas (el superior añadido por Riancho en los años treinta) rompen la monotonía de los faldones de pizarra del tejado, que presentan una fuerte pendiente.
Las dos entradas principales del Palacio coinciden con dos de los elementos más destacados del exterior. El acceso que suele utilizarse habitualmente, realzado con la rehabilitación de 1995, se halla en la fachada norte, en el antiguo pórtico de carruajes. La otra entrada principal da al sur y comunica directamente, por una escalinata central de doble tramo, con el Hall Real de la planta principal.