Su construcción se inició en el año 1843 bajo la dirección de Francisco de Angoitia y se inauguró en el año 1858. Es una muestra de la línea academicista dominante en el reinado de Isabel II, llamado por ello «estilo isabelino».
Después de 50 años de inactividad tras múltiples polémicas, titubeos y discusiones ha sido llevado a cabo su rehabilitación reabriendo sus puertas el día 7 de julio de 1997.