La Villa de Noja, situada en el sector oriental de la franja costera de Cantabria, a 45 kilómetros de la capital, Santander, responde a este perfil de localidad costera cuyos incomparables valores paisajísticos y el carácter abierto de sus gentes, le han convertido en uno de los máximos exponentes del potencial turístico de la Región.
Dentro de los casi ocho kilómetros cuadrados de superficie municipal, se distribuyen los lugares de El Arco, Cabanzo, Helgueras, Palacio, Pedroso, Ris, Rota-Fonegra y Trengandín, cada uno de los cuales alberga sorprendentes rincones y hermosos paisajes donde una exuberante naturaleza se convierte en el principal protagonista.
El carácter litoral de Noja da lugar a un variado elenco de relieves, desde una recortada costa con acantilados, islas, playas y marismas, hasta el monte Mijedo que, con su cota máxima de 234 metros, constituye el punto más alto del municipio. No obstante hay que señalar que la orografía nojeña se nos presenta básicamente llana y con muy poca altitud sobre el nivel del mar.
La representación más notable del patrimonio natural de Noja son, sin duda alguna, sus marismas, Victoria y Joyel, cuya importancia ha sido internacionalmente reconocida. En ellas se encuentra un hermoso molino de mareas donde conocer cómo era el antiguo oficio de la molienda.