Crímenes laborales
Las imágenes y argumentos de
Corporate, ópera prima de Nicolas Silhol, remiten a hitos del cine galo como Recursos humanos (1999), de
Laurent Cantet, o La cuestión humana (2007), de Nicolas Klotz. Aunque menos virtuosa que aquellas, la película de Silhol se inscribe en la misma tradición del thriller europeo de trasfondo corporativo, que explora las miserias y contradicciones del capitalismo tardío a través de las encrucijadas de sus protagonistas. Sólida como relato e inteligente,
Corporate se inspira vagamente en hechos reales: el presidente de una gran empresa, para evitar tener que despedir e indemnizar a sus empleados, idea una meticulosa estrategia de presión para obligarlos a renunciar. Emilie, la gélida responsable de recursos humanos, tendrá que afrontar las consecuencias del suicidio de uno de los trabajadores. A excepción del ridículo encuentro entre la protagonista y su marido en el despacho de ella, hacia la mitad del metraje, Corporate funciona, y desmonta con rigor –y algún momento de brillo formal, como esos planos que estudian la relación entre cuerpos y espacios laborales– la mezquindad agazapada tras la imagen pública amable de las grandes corporaciones hoy.
Lo mejor:
La inteligencia con que desenmascara la construcción de la imagen pública por parte de las grandes empresas hoy
Lo peor:
Una escena concreta, hacia la mitad del metraje, de una vulgaridad que no le hace justicia al resto del filme