De Caperucita a Loba en sólo seis tíos
No es frecuente que la stand-up comedy (los monólogos popularizados por la televisión) aparezca en las secciones de crítica escénica, porque en el espectro que va del teatro más intelectual (la vanguardia o la experimentación) al simple entretenimiento (el mago de la chistera) ocupa un lugar bastante cercano a este último. Sin embargo, en la imprecisa clasificación por géneros, tampoco la stand-up es un bloque monolítico. Abarca desde sartas de chistes más o menos conectados por un tenue hilo temático hasta un texto como el que nos ocupa.
Marta González de Vega cultiva la comicidad de los rasgos que supuestamente distinguen a hombres y mujeres y que han sido alimento constante de infinidad de textos (ahí está el éxito reciente y prolongadísimo de El cavérnicola). Ha hilvanado sobre esa tela un razonamiento sobre los motivos que llevan a muchas mujeres a vivir las relaciones de pareja como fuente constante de frustración. A pesar del tono ligero y frívolo propio del género la bien fundada argumentación subyace de forma tan evidente que acerca la pieza a lo que podríamos llamar stand-up comedy de tesis.
Autora e intérprete, González de Vega se lleva todo el mérito de un éxito de público que ya está en su cuarta temporada. Entre el comentario chusco y la pincelada tierna –como las intervenciones del llorado Punset- el espectáculo entretiene de lo lindo.
Fecha de publicación: 10/01/2020