Vencedores y vencidos.
Hace falta valor para producir en 2019 una película como esta, que apuesta sin complejos por el melodrama romántico y por una atención delicada a la ambientación y el vestuario. El día que vendrá, adaptación de una novela de Rhidian Brook, describe la gestión de la Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial por las autoridades aliadas y, en particular, la convivencia en una vivienda de Hamburgo de sus propietarios legítimos con un coronel inglés destinado en la ciudad y su esposa. Las tormentosas relaciones sentimentales que entablan los personajes están llenas de matices, que atañen tanto a la psicología de cada cual como a los espacios y hasta los sonidos y silencios que puntúan sus emociones. Actores como Jason Clarke y Keira Knightley nos ofrecen las mejores interpretaciones de sus carreras, y lo mismo es aplicable a la banda sonora de Martin Phipps. Pero, además, las sinergias personales propician una disección apasionante de las relaciones crispadas entre ganadores y perdedores tras un conflicto bélico. Una película con deslices narrativos y necesitada quizá de más metraje para abarcar con holgura todos los argumentos que plantea, pero reivindicable en cualquier caso.
Lo mejor:
La mirada detallista que el director James Kent deposita sobre los personajes y su entorno.
Lo peor:
En sus momentos menos afortunados, la película se queda en producto de qualité.