La historia como fantasía.
Coinciden en la cartelera La favorita y María, reina de Escocia, que nos recuerdan hasta qué punto el cine histórico puede llegar a ser un constructo para hablar en exclusiva del presente en que se gesta. Más aún, para enaltecer ideologías de dicho presente a costa de desfigurar el ayer y sacrificar la verosimilitud de sus relatos. Uno y otro filme aspiran a reconfigurar la presencia de la mujer en lo histórico, no invocando el pasado desde el presente, lo que acarrearía un proceso dialéctico; sino imponiendo el presente al pasado, lo que desemboca en ceguera narcisista. Lo más interesante es que La favorita intenta provocar y acaba por ser tradicional. En cambio, esta mirada sobre la compleja relación establecida en el siglo XVI entre la monarca protestante inglesa Isabel I y la reina católica escocesa María Estuardo se apoya en una realización conservadora y una narración esquemática para alumbrar un discurso empoderante a cada escena más alucinado, digno de publicación millennial de tendencias o papisa de Twitter. Lo histórico sucumbe así a la tragicomedia contemporánea de costumbres y hasta el fantástico, por lo que, si se contempla sin prejuicios, la película resulta fascinante.
Lo mejor:
El enfrentamiento entre Isabel y María acaba por simbolizar el de concepciones vieja y nueva de lo histórico.
Lo peor:
No siempre la película es surrealista de forma voluntaria.