Esta joya sagrada de la dramaturgia contemporánea universal nos llega ahora con la puesta en escena de un grandísimo director, prácticamente desconocido en España: el argentino Agustín Alezzo que ha descargado toda su sabiduría sobre un equipo intachable: el traductor León Mirlas, el iluminador Felipe Ramos, la escenógrafa y vestuarista Ana Garay y la música de Mariano Marín. Brillando por encima de todos un cuarteto de actores que es impagable ver juntos: Luis Tosar, que regresa al teatro por el que siempre está subyugado; Maria Botto, que se ha convertido en una de nuestras actrices más interesantes; Cristina Rota, que regresa a su trabajo de actriz tras pasar dos décadas formando actores y Juan Carlos Vellido, que muestra lo que saben hacer las nuevas generaciones que gravitan con mucho oficio por cine, teatro y televisión. Los cuatro se han puesto al servicio de esta obra definida por Williams como una comedia de recuerdos, ‘pero no lo dice simplemente por recordar, lo dice para llegar a indagar la verdad que se encuentra detrás de los sucesos, algo que se hace no sólo a través del dolor, sino también de una aguda ironía’, señala Alezzo quien no ha realizado una puesta realista, ‘he tratado de captar lo intangible del recuerdo’.