¿No es cierto, ángel de amor…? Estas pocas palabras son necesarias para saber que hacemos referencia a Don Juan Tenorio, uno de los clásicos del romanticismo español que aterriza este jueves 18 de noviembre en la Fundación Mediterráneo de Murcia (entradas aquí) de la mano de Raquel Catasús, Javi Soto y Joselu Cremades. Pero no es una representación teatral al uso, sino que, es una propuesta «artística y pedagógica» que trata de acercar los clásicos a través del humor, respetando la trama original de la obra con un lenguaje cercano, actual y que «no te deja indiferente».
Charlamos con los protagonistas: Javi Soto, Raquel Catasús y Joselu Cremades.
¿Qué nos vamos a encontrar en esta representación del clásico de Zorrilla?
Javi Soto: En esta representación de Zorrilla lo que hacemos es una propuesta artística y también pedagógica de acercar los clásicos. Tenemos una gran responsabilidad porque el texto de Don Juan Tenorio es un texto muy conocido, sobre todo en la Región de Murcia, que es de las regiones en España donde más se representa y en este Tenorio nos vamos a encontrar algo fresco, divertido, en clave de humor, cercano y, sobre todo, que no te deja indiferente.
¿Cómo surge la idea de versionar esta obra en clave de humor?
Joselu Cremades: Pues surgió porque Javi y yo estábamos anteriormente en otra compañía en la que habíamos versionado clásicos como son Hamlet y La Celestina. Además, Javi ya había trabajado con este texto y era algo que a todos nos apetecía hacer, una obra que hablara de algo tan humano como es el amor.
Raquel Catasús: Porque ellos (Javi y Joselu) siempre trabajan con humor, o sea, la herramienta ya estaba. Así que la idea era agilizar los textos, no solo metiendo gags o momentos graciosos, sino que queríamos mostrar la historia desde otra óptica.
Joselu Cremades: Con el humor te llegan mejor las historias. Entonces, una obra de cuatro horas como Don Juan Tenorio para iniciarte en el teatro es un poco duro.
Tal vez la gente joven escucha Don Juan Tenorio y le suena a vejestorio, ¿consideráis pues necesario, observando el escenario, hacer este tipo de adaptaciones para llegar a las nuevas generaciones?
Joselu Cremades: Sí, sí, sí, sí.
Raquel Catasús: Totalmente.
Javi Soto: Sí, ya está, esa es la respuesta (risas). Esta propuesta es una forma más amable de hacer llegar el Tenorio. Todas las propuestas son legítimas, pero en nuestro caso queríamos que fuera algo más cercano, más actual y claro, sabemos que el texto de Don Juan Tenorio… es que está muy bien escrito, es que el verso es precioso. Por eso hemos cogido lo que nos venía bien para contar nuestro Tenorio. Hay partes que son originales de la obra de Zorrilla, el verso se mantiene y flipamos con el verso, pero luego con la prosa nos tomamos nuestras licencias y le damos nuestro toque actual como compañía.
Es una libre adaptación, en clave humorística y además respetando la trama original ¿Cómo habéis abordado el proceso de creación?
Raquel Catasús: Al principio empezamos a hacer juegos de improvisación. Cada uno se leyó evidentemente el Tenorio y teníamos muy claro la estructura de las escenas, que es lo que pasa en cada momento y a partir de ahí jugar, jugar y jugar. En ese juego nos grabábamos y luego Javi transcribía todo el ensayo.
Javi Soto: Es un proceso de investigación de laboratorio, de depurar. Lo que queríamos era hacer llegar de una forma muy esencial la historia. De entender muy bien qué está pasando, improvisar en base a lo que está pasando y eso llenarlo de nosotros, de nuestra creatividad.
El próximo día 18 de noviembre estaréis en la Fundación Mediterráneo, pero ya habéis estrenado la obra ante estudiantes de secundaria. ¿Cómo valoráis la respuesta de los más jóvenes?
Javi Soto: Tuvimos un estreno de cuento de hadas. Un público sensible, delicioso, muy amable con nosotros. Mucho cariño.
Raquel Catasús: Lo que también fue súper bonito, que yo por lo menos no lo había hecho y creo que Joselu y Javi tampoco, fue el coloquio del final, en el que nos hicieron muchísimas preguntas.
Cada uno de vosotros representáis a varios personajes dentro de la obra, ¿Cómo habéis trabajado ese cambio entre personajes?
Joselu Cremades: Mucho trabajo, muchos ensayos, sobre todo para meternos en la piel de cada uno de los personajes. Diferenciarlos unos de otros, porque se parecen un poquito entre ellos, pero luego vas trabajándolos y los vas conociendo mejor. Aunque a veces sales haciendo un acento que no toca…
Javi Soto: Es un trabajo de creación de personajes muy concienzudo, porque si no el público no lo va a entender. Tenemos que diferenciar muy bien el trabajo del personaje en cuanto a lo que dice y cómo lo dice, pero sobre todo de cuerpo, de voz e incluso las entradas y salidas de los personajes, para que al público le dé tiempo a asimilar ese cambio de rol.
Raquel Catasús: Pero también te digo una cosa: no hemos inventado nada nuevo. Para ser un poco humilde, la farsa, la comedia, el clown necesita mucha agilidad escénica y esta fórmula ya estaba hecha. Lo importante es estar muy concentrado y muy ágil para hacer ese cambio rápido entre personajes. Además, nuestros cambios de ropa son sencillos, en teoría, porque son dos o tres elementos por personaje, pero en la práctica hay una locura detrás del escenario. El otro día nos pegamos un cabezazo Javi y yo…
Javi Soto: El espectáculo de verdad está detrás.
¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de enfrentaros a vuestros personajes?
Raquel Catasús: Los cambios. Sobre todo, en la voz. Venir de hacer un acento italiano y después tener que hacer de señorito chulo es lo más difícil.
Joselu Cremades: Hay incluso un cambio en que se me peta un poco la cabeza, porque yo estoy detrás del escenario con un personaje, pero salgo con otro. No sabía si iba a poder hacer esto, pero Javi me dijo: “Sí, tú puedes”.
Javi Soto: ¿Sí? ¿Te lo dije?
Joselu Cremades: Sí, porque me lo escribiste tú en el guion (risas).
Javi Soto: En mi caso seguramente, la dificultad, ahora que lo estoy reflexionando, tendría que ver con esa evolución del personaje bravucón de Don Juan, mujeriego, muy soberbio, muy pavo. Esos cambios que hace, como se va enamorando poco a poco de Doña Inés.
¿Tenéis algún que otro clásico a la vista?
Raquel Catasús: Vamos a terminar procesos. Evidentemente nosotros queremos vivir de esto, estamos empezando a vivir de esto y queremos seguir haciéndolo. Además, si hemos creado la compañía Apócope Teatro como tal, en vez de quedarnos con las siglas de ImproMurcia, es porque tiene también una idiosincrasia concreta. También hay que romper con la idea de que solo se puede hacer el Tenorio en noviembre. Porque es verdad que es tradición, pero la historia se puede contar en cualquier otra época, y más de esta manera en la que trabajamos la obra.
Javi Soto: Se han mezclado varias cosas al mismo tiempo. Salir de la pandemia nos ha supuesto un esfuerzo importante, porque cada uno tiene su propio camino, sus historias. Y lo hemos hecho con mucha ilusión, en un tiempo récord. Pero también tenemos que dejar que esta trayectoria hable por sí sola. Entonces no queremos forzar ninguna decisión. Todavía estamos convencidos, eso sí, de que este Tenorio no es para hacerlo tres veces y ya está. Queremos que la gente lo vea. Porque… es que ha quedado muy bonito. Además, creemos que el Tenorio es para todo el año.
¿Por qué Apócope Teatro?
Javi Soto: Porque lo que hacemos es reducir. Hemos simplificado algo esencial y desde ahí, llenarlo de nosotros: de Raquel, de Joselu y de mí. Eso es Apócope Teatro.
Joselu Cremades: Es muy difícil que veas una obra de teatro de cuatro horas y digas: me gusta el teatro. Puede pasar, pero siendo joven es muy complicado. Sin embargo, de esta manera es mucho más sencillo.
Javi Soto: La cosa es crear un momento de seducción con el público hacia el teatro, no que lo vean solo como algo elitista. Lo que hacemos en Apócope es una función reconciliadora con el teatro. Estamos en periodo de siembra y quién sabe, de todos los cientos de chavales que nos están viendo, que a alguien le despierte esa semillita del teatro para que, en un futuro, como nos pasó a nosotros, diga: pues quiero dedicarme a esto.
El jueves 18 de noviembre podrás ver esta obra en la Fundación Mediterráneo de Murcia. El precio de la entrada es 10€ y la puedes comprar aquí.