¿Qué tienen en común Google, Netflix, Disney y Amnistía Internacional?. La respuesta no es tan sencilla como podrías pensar a primera vista.
Lo que tienen en común es que sus empleados pasan tiempo en el espacio de coworking de Sende español cada año para dar vida a sus proyectos. Entre los invitados del espacio se encuentran programadores, escritores, arquitectos, profesores, científicos, diseñadores, fotógrafos…etc.
Este espacio de coworking rural fue creado por Edo Sadikovic y María Rodríguez en 2013 en las montañas de Galicia, cuando este tipo de lugares aún no era tan popular en el mundo. Durante este tiempo, han pasado por él unas 3.500 personas de todo el mundo que trabajan de forma remota.
Trabajar en las montañas.
Eso cuenta que la idea del proyecto surgió en una montaña de Serbia, donde se conocieron María y él. Allí se dieron cuenta de que los eventos organizados en zonas rurales, donde se junta todo el grupo, unen mucho más. Incluso las actividades educativas en lugares remotos conducen a mejores resultados profesionales que las organizadas en las ciudades’.
La pareja decidió convertir antiguas casas y establos de Senderis, un pueblo de 20 habitantes del Parque Natural de Sures (Ourense), en espacios de coworking y apartamentos para acoger a nómadas digitales de todo el mundo. También alberga varios eventos para personas creativas.
Bitsommar.
Por ejemplo, en julio de este año se realizó el evento Bitsommar, que reunió a profesionales y aficionados de la industria de los videojuegos. Además, los organizadores están creando un programa llamado Download Sende, en el que comparten los secretos de cómo abrir un espacio similar en otros pueblos de cualquier parte del mundo.
Enfatizan que tales proyectos pueden salvar a las pequeñas aldeas de la desolación y cambiar por completo su vida cultural. Una de las señas de identidad de Sende es que sus actividades se basan en la puesta en común de recursos.
Los organizadores eligieron no un pago fijo por trabajar allí, sino una donación para alejarse del estereotipo de que coliving y coworking es un placer muy caro. Para tener la oportunidad de vivir, trabajar, encontrar amigos de todo el mundo y crear proyectos conjuntos, los huéspedes pagan todo lo que pueden pagar en este momento.
Increíble, ¿no es así? La verdad es que entrar en un espacio de coworking no es tan fácil, ya que la lista de espera se hace cada vez más grande cada año. Pero quizás tengas una razón para abrir el tuyo propio. El mundo cambia y con él la forma en la que hacemos las cosas; no son mejor ni peor, simplemente distintas.