El noroeste de España brinda un álbum de estampas que poco tienen que ver, geográfica y culturalmente, con las típicas imágenes turísticas a las que estamos acostumbrados. Hoy te presentamos Galicia, ofreciendo un paseo de historia y vida.
Recorrer y conocer Galicia es hacer un paseo de historia y vida. Una experiencia turística viva y abierta
Galicia posee un atractivo tan singular que parece obvio que dentro de sus tierras hayan nacido culturas y leyendas. Un lugar donde conviven amplias costas y hermosas rías, donde el mar embravecido parlotea y se enzarza con los acantilados y verdes tierras, ese verde que la define y el que permite que la imaginación se desboque. Donde se usan palabras únicas para hablar de emociones únicas. Pero Galicia está hecha también de piedra, cultura y mantel. Recorrer las calles de sus ciudades, villas y pueblos es una de las mejores maneras de redescubrir esta tierra.
Bajo un parasol denominado «Galicia, un paseo de historia y vida», te presentamos 19 rutas para que puedas conocer la otra cara de la atlántica y frondosa Galicia.
Itinerarios en los que explorar las cuatro provincias gallegas en una nueva experiencia viajera. De la costa al interior monumental, del Albariño a las termas… A través de estos recorridos te revelamos la Galicia más genuina, la que combina cultura, arquitectura, compras tradicionales y la que goza de la rica y variada gastronomía. Iglesias, monasterios, casas populares, pazos o piezas arquitectónicas singulares para que te empapes del extenso patrimonio de la cultura gallega.
Mondoñedo
Decía Álvaro Cunqueiro, el más ilustre literato de estas tierras, que éste era ‘rico en pan, aguas y latín’. Y estaba en lo cierto, pues se trata de un lugar de gran patrimonio histórico y cultural, con mucha riqueza natural y donde la gastronomía también tiene un importante papel.
La iglesia, como cabeza episcopal y al ritmo de los tañidos de sus campanas, marca el patrón de la vida en la villa, lo que podremos apreciar claramente en todo nuestro recorrido. Grabada en los nombres de sus calles, como en la gran cantidad de blasones episcopales que adornan las fachadas de sus nobles edificios. La nostalgia de este antiguo poder nos irá acompañando en todo momento en cada esquina, en cada paso.
Lugo
La ciudad de las murallas. Toda gira en torno a sus muros defensivos romanos que cubren unas 35 hectáreas. Le dan cuerpo, alma y movimiento, imponencia y majestuosidad. Defendieron Lucus Augusti de atacantes decenas de veces y, por este motivo, Roma estará siempre presente.
Pero Lugo no es hoy una ciudad romana en su trazado, cuadriculada y racional. Su diseño es medieval, intencionalmente confuso: con semejante defensa, si el enemigo la superase, qué mejor que desorientarlo. El itinerario se presenta tortuoso como el concepto mismo de urbe medieval, y entrevera este rico pasado romano y medieval con el ritmo de una ciudad que quiere estar a la altura de las circunstancias, sin perder su esencia.
Castro Caldelas
Allariz
Allariz encandila desde siempre y es que es uno de los pueblos con más peso cultural de Galicia. Fue bastión real en la defensa de la frontera con Portugal. El rey Sancho IV lo consideró la llave del Reino de Galicia en el siglo XI, y más tarde se convirtió en el escenario de la educación y madurez de Alfonso X el Sabio, de donde salieron sus famosas Cantigas.
Fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1971 y en 1994 fue merecedor del Premio Europeo de Urbanismo por la rehabilitación de su casco histórico. Solo hace falta un paseo por su casco viejo y admirar su vasto patrimonio, como el Ponte de Vilanova y alameda do Arnado, la praza maior, la Iglesia de Santiago, la iglesia de Santo Estevo y de San Pedro, y el convento de Santa Clara para comprobarlo: Allariz derrocha historia.
Ourense
Fundada por los romanos en un lugar estratégico y privilegiado, una encrucijada natural de caminos y de confluencia entre ríos. Se sitúa en el valle del río Miño, a tan solo 135 metros sobre el nivel del mar, lo que propicia un clima de fuertes contrastes a lo largo del año.
La fama de sus manantiales la convierte en la capital termal de Galicia y es también la segunda ciudad de Europa, tras Budapest, que posee un mayor número de fuentes termales. Destacan los milenarios manantiales de As Burgas, así como los numerosos espacios de baño creados a lo largo de las orillas del Miño, un gran corredor verde de naturaleza y bienestar. Ourense presume de comercio y de diseñadores de moda, así como de una zona monumental con calles y plazuelas medievales, iglesias, pazos y un ensanche decimonónico con hermosos ejemplos de arquitectura modernista.
Ribadavia
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1947. La razón de tal calificativo salta a la vista del viajero. Asentada sobre el margen derecho del río Avia y muy cerca del Miño, la localidad ourensana tiene uno de los cascos urbanos históricos más importantes de Galicia. Además, está incluida en la Ruta Sefarad, dada la importancia que tuvo su colonia judía, de la que se conserva la judería más completa del territorio autónomo.
Tui
Los caprichos orográficos de Galicia no suelen permitir que haya un cerro dominante al pie de un río. Y esto sucede en esta ciudad medieval marcada, histórica y urbanísticamente, por su catedral – fortaleza. Su emplazamiento privilegiado se debe a su enclave a orillas del Miño, frontera natural con Portugal. Fue capital de una de las siete provincias del antiguo reino de Galicia. Destacamos el Convento de clausura de las madres Clarisas, el cantión de Diomedes, la iglesia de San Francisco, la catedral, la capilla de la Misericordia y de San Telmo.
Baiona
Primer enclave al que llegó Martín Alonso Pinzón tras el descubrimiento de América y uno de los destinos turísticos más relevantes de las Rías Baixas. Baiona es una villa para caminar, para recorrer el paseo del Monte Boi, que transcurre desde la playa de A Concheira hasta la torre del Reloj del castillo de Monterreal, con pasadizo secreto incluido.
Dos kilómetros que abrazan la fortaleza y a través de los cuales se puede disfrutar de una de las principales marcas gallegas: la piedra y el granito que rompen el verde del escenario. Calas llenas de paz se salpican por el camino, que discurre a orillas de un mar que a veces se antoja revuelto.
Vigo
Pontevedra
‘Pontevedra dá de beber a quen pasa’ es un dicho gallego que expresa muy bien la esencia de esta ciudad: la hospitalidad. Ciudad que destaca por su indudable interés de sus monumentos, un armonioso conjunto pétreo, lleno de casas nobles blasonadas, soportales, fuentes y plazas que mantienen una fuerte vitalidad urbana; un centro histórico que después del de Santiago, es el más importante de Galicia.
Pero Pontevedra, es más: Parques, alamedas, paseos por el río, entre otros. Recomendamos no perderte el Santuario de la Virgen de la Peregrina, las ruinas de Santo Domingo, el pazo de Mugartegui, la praza da Ferrería o la iglesia de San Bartolomé.
Combarro
Uno de los lugares más pintorescos de Galicia. Dividido entre el mar y la tierra, Combarro es una postal en tres dimensiones.
La localidad reúne todos los ingredientes del pueblo gallego por antonomasia: un hermoso casco antiguo, una tradición pesquera que se extiende generaciones atrás y la mirada hacia el campo en su colección de hórreos a pie de mar.
Fue declarada conjunto histórico en 1972 por su gran riqueza en arquitectura popular marinera. La arquitectura se sitúa en calles estrechas y empedradas al borde del mar, con vistas a la cercana isla de Tambo y la población de Marín, al otro lado de la ría. El paseo merece la pena por descubrir lugares como los cruceiros da rúa, sus tradicionales hórreos y su iglesia.
Cambados
Centro neurálgico del laureado vino blanco de Albariño. Posee un conjunto histórico que fue declarado bien de interés cultural en el año 2001 y fue nombrada ciudad europea del vino en 2017.
Su patrimonio artístico está formado por pazos y casas nobles, esculturas diseñadas por grandes artistas, plazas y calles empedradas que la transforman en un gran museo al aire libre. Su origen se remonta a la fusión de tres villas históricas: Fefiñáns, Cambados y San Tomé do Mar.
Son de visita obligada el pazo de Fefiñans, la iglesia de San Francisco, la praza de Alfredo Brañas, el pazo de Fajardo, la torre de San Sadurniño o la casa das Cunchas.
Noia
Noia tiene un casco histórico de origen medieval realmente bonito en el que es fácil pasar horas callejeando sin rumbo.
Recomendamos visitar la plaza do Tapal, la iglesia de San Martiño, el teatro coliseo Noela, la Casa García Suárez, los jardines de Felipe Castro, la iglesia de San Francisco, y la iglesia y cementerio de Santa María a Nova.
Su localización geográfica hace que se considere un lugar muy especial, ya que se encuentra en la desembocadura del río Tambre, por lo que en la Edad Media se convirtió en el puerto de Santiago de Compostela. Sus casas de estilo gótico marinero y los escudos nobiliarios son todo un emblema.
Santiago de Compostela
Para seguir con todos los rincones de Galicia y un paseo de historia encontramos la capital de Galicia fue, punto de encuentro de numerosas culturas y pueblos y lugar de intercambio de ideas y experiencias.
Santiago es una ciudad hecha a medida del caminante. Sus calles y plazas forman un conjunto inigualable, armónico y homogéneo, acentuado por la utilización de un único material: el granito. Piedras que, modeladas por las diferentes corrientes artísticas, han creado una urbe monumental sin parangón, que fue declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
Ciudad cosmopolita desde la edad media, no solo por la afluencia de peregrinos, llegados desde todo el orbe cristiano, sino también por su afamada universidad, que cuenta ya con más de cinco siglos de vida.
Muros
Muros es todo lo que se puede esperar de un pueblo pesquero gallego. Y eso se comprueba en su puerto, saboreando sus tascas y dejándose hipnotizar por el balanceo de las barcas. Detrás de su fachada portuaria colorida nacen sus calles caóticas de originales nombres por las que aparecen hórreos y pequeñas ermitas a cada paso.
Su casco antiguo ha sido declarado conjunto histórico artístico en 1970. Un paso más conlleva acercarse hasta su famoso molino de Marea o a los petroglifos.
Corcubión
El municipio más pequeño de Galicia y está formado únicamente por dos parroquias: Redonda y San Marcos, esta última con un casco antiguo declarado Conjunto Histórico en 1984.
La villa está situada en la ría de Corcubión y forma parte del territorio conocido como a Costa da Morte. Por sus calles y senderos es habitual ver peregrinos, puesto que se encuentra en la extensión del camino de Santiago a Fisterra. En el año 2000 Corcubión fue declarado ayuntamiento de interés turístico.
Betanzos
Este lugar es un ejemplo perfecto de villa gallega al borde del mar. Fue una de las ciudades más importantes de Galicia hasta que sufrió un terrible incendio en 1569. Fue antigua capital de una de las siete provincias del antiguo Reino de Galicia y llamada ‘de los caballeros’ por ser lugar de residencia durante la Edad Media de importantes familias nobles.
Toda la ciudad es un monumento en sí: desde la plaza de los Hermanos García Naveira, con una fuente dedicada a Diana la cazadora; hasta su Torre, pasando por las iglesias de Santa María do Azougue y de San Francisco. También imprescindibles son la Porta da Vila y da Ponte Vella, la iglesia de Santiago, entre otros.
A Coruña
Ubicada sobre una península entre el océano atlántico y las rías altas que conforman el golfo Ártabro, por lo que fue llamada, en época romana, Magnus Portus Artabrorum, el gran puerto de los ártabros. Es conocida en la actualidad como la ciudad de cristal por sus impresionantes edificios de galerías acristaladas, o como la ciudad herculina, debido a las leyendas vinculadas con el faro más antiguo del mundo en funcionamiento, la Torre de Hércules, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Ferrol
Para acabar con todos los rincones de Galicia y un paseo de historia encontramos; Ferrol tiene un aire muy diferente al resto de las villas de la zona. Conocida por ser una ciudad industrial, nunca se la relaciona con el turismo y, aún así, tiene sitios que merecen mucho la pena. La base naval y los astilleros siguen siendo parte de su identidad, pero no podemos olvidar que aún queda ese Ferrol pesquero y portuario que sobrevive. Destaca el Barrio de Canido, famoso por sus murales de meninas; el Barrio de la Magdalena o el Exponav, donde puedes sentirte como un viajero atravesando el océano en un galeón.