Una ruta por el Vigo antiguo. Un paseo de dos kilómetros por las calles y callejones del barrio histórico para descubrir que la ciudad de Vigo esconde, un pasado tallado en piedra. Un recorrido para que el visitante descubra, a través de los edificios y espacios urbanos, el origen, el porqué y cómo se fue desarrollando la ciudad hasta hoy.
De ruta por el Vigo antiguo. La ciudad olívica esconde un valioso pasado tallado en piedra…
Aún sabiendo de la existencia de un importante poblado castreño y de un asentamiento romano, no es hasta la época medieval cuando se consolida una pequeña villa marinera situada en la falda del Monte de O Castro, entre dos ensenadas: La del Berbés y la del Arenal, agrupada en torno a la iglesia gótica de Santa María, hoy desaparecida.
Vigo apenas se desarrolla como ciudad hasta finales del s. XVIII debido a las restricciones en el comercio marítimo y los conflictos bélicos sufridos, como los ataques de la flota inglesa de Francis Drake o la Batalla de Rande en 1702.
En el siglo XIX, todo cambia. La liberación del comercio marítimo permite competir y usar sus excelentes condiciones como puerto natural, su posición geográfica estratégica y su carácter emprendedor. La llegada de empresarios catalanes que transforman la industria del mar, hace que Vigo comience un desarrollo vertiginoso hasta nuestros días.
Este crecimiento hace que la ciudad comience a expandirse, lo que conlleva al derribo de las murallas para integrar el centro urbano con los barrios exteriores. De esta forma, se abren nuevas calles dentro del casco viejo que mejoran la comunicación. Algunas calles y plazas se sanean, se regularizan o se ensanchan, generando así una intensa actividad constructiva.
En definitiva, el Vigo Antiguo fue, y sigue siendo, un barrio en continua transformación para adecuarse a cada tiempo.
Puntos de interés de la ruta:
1. Restos de la Muralla de la Ciudad
Situación: Rúa da Laxe 11
El recinto amurallado que la ciudad tuvo en su día se realizó entre el 1656-1665, obras dirigidas por el Capitán Juan de Villarroel. La muralla disponía de siete salidas: Ribeira, Falperra, Pracer, Sol, Gamboa, Laxe y la Del Mar y de otros tantos pequeños baluartes. Las murallas de la ciudad se enlazaban con el recinto amurallado del Castillo de San Sebastián (actual del Ayuntamiento de Vigo) y en él se situaba una de las baterías de protección. La otra se localizaba en la punta de A Laxe.
Este fragmento conservado es de los pocos vestigios que quedan de la muralla.
2. Casa de José Donesteve
Situación: Rúa de Joaquín Yáñez 12
Este edificio de tres plantas data del año 1876, promovido por José Donesteve Quirós y convirtiéndose una vez acabado en su vivienda. La fachada, ejecutada en cantería de granito, pertenece a la etapa del primer eclecticismo, por eso su ornamentación es contenida. Data del año
Donesteve Quirós, nació en Vigo en 1803 y fue Brigadier de la Armada. Se cree que los escudos, que se encuentran en la fachada principal, pudieron pertenecer a sus antepasados. Un dato curioso de la arquitectura de este edificio es la exacta simetría entre las dos mitades. Se lleva a tal extremo que los dos escudos colocados a ambos lados del hueco central, en la planta segunda, no son iguales, son perfectamente simétricos.
3. Casa de Pedro Román
Situación: Rúa de Joaquín Yáñez 2
Se trata de uno de los edificios más importantes de Vigo. Pedro Román era su propietario y quien lo mandó construir, con la finalidad de servir como edificio comercial en su planta baja, y como sede del Casino de Vigo, en su planta superior.
Fue construido por Jenaro de la Fuente Domínguez, dotando al edificio de su típico eclecticismo clasicista. Cada planta tiene una ornamentación diferente, aunque siguiendo un mismo estilo. Hoy en día es la sede de la Biblioteca Central de la Ciudad. Es interesante contemplar el espacio interior de la planta, dedicada en su día al Casino Local.
4. Praza da Princesa
Una pequeña y agradable plaza contigua a la Porta do Sol. Hasta el S. XIX, se la conocía como plaza de la Pesquería por su actividad comercial, al ser una de las tres plazas principales donde se organizaban mercados al aire libre. Esta plaza albergó el primer teatro de la ciudad. Estaba situado enfrente al antiguo Ayuntamiento y haciendo esquina con la Puerta del Sol. Posteriormente, en 1876, se reconvirtió en viviendas.
Desde la plaza, se puede contemplar la fachada trasera del antiguo Ayuntamiento, reconvertido en la Casa Galega da Cultura. En el centro de la plaza, hay una fuente conocida como «Fuente del Angelote» , instalada en 1906, en honor a la Reconquista de la ciudad.
5. Porta do Sol
Uno de los espacios urbanos más importantes de la ciudad. Su nombre se debe a que aquí se situaba una de las siete puertas que tenía el antiguo recinto amurallado, derribado en 1862, y era la que estaba orientada hacia el sol naciente, de ahí su nombre. De ella partían las vías de comunicación hacia el este, como la carretera de Castilla, trazado que aún hoy se conserva, y que lo componen el eje de la calle Príncipe y Urzáiz.
A finales del S. XIX se ordenó abrir una nueva calle que permitía conectar de una manera eficiente la parte este y oeste de la ciudad, conocido actualmente como calle Elduayen, que une la Porta do Sol con el Paseo de Alfonso. Esta apertura permitió convertir la Porta do Sol en una gran plaza.
Una imponente escultura de aluminio, conocida popularmente como El Sireno, articula el espacio de la plaza, obra del escultor Francisco Leiro. La figura se eleva por encima de los edificios para observar el mar desde el corazón de la ciudad y, a su vez, vigilar y ser testigo del paso del tiempo de la urbe.
La Porta do Sol es considerada el km 0 de la ciudad y se puede entender como la bisagra o nexo de unión entre la ciudad vieja y la moderna.
6. Casa Ledo
Situación: Praza da Porta do Sol 12
Domingo Ledo Vila encarga en 1893 el diseño a Jenaro de la Fuente, que vuelve a plasmar su característico estilo como en la Casa de Pedro Román. La fachada principal, que da a la Porta do Sol, destaca por tener el eje de simetría centralizado.
7. Casa Diego Arias Taboada
Situación: Rúa de Abeleira Menéndez 2
Uno de los ejemplos de arquitectura barroca en Vigo. Tras su reciente rehabilitación se ha convertido en uno de los museos más importantes de la ciudad, ya que alberga en su interior parte de la colección de pintura gallega del fondo del Museo Quiñones de León. Originalmente fue vivienda unifamiliar.
Destaca por su sobriedad, ya que no tiene ningún elemento decorativo, tan solo se puede apreciar en la fachada el escudo con las armas de Taboada y Figueroa.
8. Casa Ramón Arbones
Es otro de los edificios míticos de la ciudad. Fue diseñado en 1892 por Jenaro de la Fuente y edificado por el constructor Antonio González Romero. En un principio la fachada de la calle Elduayen no existía, pero cuando se inauguró la calle su propietario mandó el diseño de la nueva fachada.
9. Paseo de Alfonso XII
Uno de los miradores más conocidos de la ciudad. Un auténtico balcón sobre el mar y desde el cual se puede contemplar las espectaculares vistas de la ría, la actividad portuaria y las Islas Cíes como telón de fondo. De corta longitud, une las calles Elduayen y Pi y Margall. Dos elementos, además de la fachada de edificios, conforman este espacio urbano: uno es el olivo, árbol representativo de la ciudad, y el otro es un pequeño quiosco de prensa y marquesina.
Esta pequeña construcción, probablemente realizada en 1935, es un manifiesto de las bondades de la modernidad. Se trata de un pequeño pabellón de extremos semicirculares acristalados, con espacios para venta de prensa y flores y abierto en su centro para actuar como marquesina cubierta para los usuarios del transporte público. Es una pieza notable en el conjunto de edificios racionalistas de la ciudad. Mantiene intactas su vinculación al movimiento con sus formas fluidas y apaisadas, su carácter urbano y de su concepción estructural resuelta con tres pies derechos sobre los que descansa una cubierta de hormigón.
El olivo que crece en este paseo es un árbol centenario, creado a partir de un esqueje del gran olivo que estaba situado en frente de la iglesia de Santa María, en la que ahora se ubica la Colegiata. El árbol se protegió con una verja de hierro en la que se colocó una placa de bronce acreditando la promesa que ante él hicieron los vigueses en agosto de 1932 de “amor, lealtad y abnegación por la ciudad”.
10. Barrio de O Berbés
Situación: Rúa da Ribeira do Berbés 13
La plaza fue el epicentro del antiguo barrio de pescadores de la ciudad.
Hace no tantos años, el mar llegaba hasta las propias casas de los marineros, que conformaban una de las estampas más características y pintorescas de Vigo. Las construcciones se caracterizaban por su sobriedad: eran estrechas, largas y de dos plantas. En la planta baja unos grandes soportales resueltos con arcos de piedra permitían realizar las tareas a resguardo de las inclemencias del tiempo. La planta alta dispone de un balcón abierto y corrido en todo el frente, cubierto por la prolongación del tejado.
11. Calle Real
Es una de las calles más emblemáticas del casco viejo de la ciudad. Une la ribera de O Berbés con la plaza de la Colegiata. Su trazado ya aparece reflejado en el primer plano de Vigo datado de 1597.
Los diferentes estilos arquitectónicos que hay en los edificios de la calle la hacen interesante para visitar, En la confluencia con la Praza de Almeida, se levantan los edificios más antiguos de la ciudad, la Casa de Ceta, de estilo gótico tardío, y la Casa de Pazos y Figueroa, renacentista plateresco. En el número 7, se conservan incrustados en la fachada dos medallones con rostros en forzado escorzo, típicos de la época renacentista.
En esta calle se conservan aún casas de tradición barroca, en las que se mezcla la arquitectura popular con influencias de este estilo. Un ejemplo es la casa situada en el número 15. Otra construcción de interés es la casa de López Araújo, situada en el número 33, haciendo esquina con la calle Alta. De tipología similar a la casa Pereira de Castro, ubicada en la Praza da Constitución, se caracteriza por la fusión de la tradición barroca con el nuevo gusto neoclásico que se refleja en la construcciones de cierta importancia.
12. Casa de Arines y Casa Pazos y Figueroa
Situación: Rúa Real 4
Estos dos edificios son los edificios más antiguos de la ciudad que presentan influencias de arquitectura culta. La casa de Ceta, también llamada de Arines, presenta un solo volumen de piedra a modo de torreón medieval del gótico tardío del siglo XV. Destaca por la fuerza de su muro, la tosca perfección de las hiladas de los perpiaños de piedra y por el rudimentario sistema de dinteles de los vanos superiores que en forma curva están realizados en una sola pieza de granito.
La casa de Pazos y Figueroa es un pequeño palacete urbano del siglo XVI que se encuentra adosado al anterior. Es de estilo renacentista plateresco. Sus tres plantas se remarcan por las líneas de imposta con una doble moldura de piedra. Como característico de este estilo, la decoración se centra en lo más importante, dejando el resto lo más limpio y sencillo posible.
13. Calle dos Cesteiros
La calle es un pequeño tramo que une la plaza de Almeida con la Plaza de la Constitución. Originariamente se llamaba calle de la Amargura. Mantiene la traza clásica de los cascos viejos: estrecha, angosta y sinuosa.
En su día, la calle tenía un arco que marcaba la separación entre una calle y otra, de modo similar al arco de Quirós que da a la Plaza de la Princesa y que se conserva actualmente. Se derribó en 1879 y se cree que estaba en el acceso a la plaza de la Constitución.
Antiguamente, en los núcleos medievales, los diferentes gremios se agrupaban en plazas y calles que, con el paso del tiempo, acabaron conociéndose por los gremios o productos que se trabajaban o vendían. En Vigo, las plazas principales actuaban como mercados temporales al aire libre y se las conocía por el producto que comercializaban: plaza de la Leña (actual plaza de Calatrava), plaza de las Cebollas (actual plaza de Almeida), plaza de la Pescadería (hoy plaza de la Princesa), etc. Lo mismo ocurría con las calles como, por ejemplo, la calle de la Ferrería.
La calle Cesteiros no fue ajena a este proceso que acabó renombrándose como tal debido a que, en su día, se instalaron en ella los talleres artesanos relacionados con la cestería. A día de hoy, aún se conserva algún taller en activo que muestra a los visitantes las técnicas tradicionales en el oficio de cestero.
14. Praza da Constitución
Bautizada así tras la lectura y celebración de la Constitución de Cádiz, en 1812, la Plaza de la Constitución es una de las plazas con más historia de la ciudad: por aquí desfilaron las tropas de Napoleón durante su invasión en 1809 y se leyó la proclamación de Fernando VII como rey. Aquí también se encontraba el antiguo Ayuntamiento, hoy en día Casa Galega da Cultura, y en ella se celebraban animados mercados.
Es una de las plazas más importantes de la ciudad. Su espacio actual aparece ya definido en los planos del siglo XVI y su configuración urbana no respondió a un plan preestablecido en cuanto a su diseño, sino que fue la propia dinámica comercial la que favoreció la presencia de la edificación en su perímetro y el desemboque de varias calles en ella.
Hasta el siglo XIX se usaba junto con otras dos, Princesa y A Pedra, como mercados al aire libre ante la ausencia de construcciones especificas para este uso. A mediados del siglo XIX se sentaron las bases para regular la composición de fachadas, que obligaba a disponer de balcones individuales en la primera planta, balcón corrido en las siguientes y soportales en planta baja. En ella hay que destacar varios edificaciones: el antiguo Ayuntamiento (hoy Casa de la Cultura Gallega), los soportales y la casa Pereira de Castro de estilo barroco tardío.
En el centro de la plaza destaca la réplica de la primera farola de luz eléctrica que se encendió en la ciudad.
15. Casa Pereira Castro
Edificio del S. XVIII, concretamente del año 1946, de estilo barroco tardío. Se diseñó para albergar una vivienda unifamiliar con bajo comercial. Refleja claramente la fusión de la tradición barroca con el nuevo gusto clasicista, generando una nueva tipología que se da en viviendas de cierta relevancia. Es uno de los pocos ejemplos en la ciudad del barroco típicamente gallego, y también del barroco portugués, que se caracterizaba por la combinación de cantería fina y revoco de color blanco.
En la fachada lateral se pueden observar tres escudos pertenecientes a la familia Pereira de Castro, y en la esquina del edificio hacia la plaza de la Constitución, hay dispuesto un reloj de sol.
16. Antiguo Ayuntamiento
Situación: Praza da Constitución 3
Este edificio, de estilo ecléctico, es uno de los edificios más antiguos del centro de Vigo y, hasta los años 70, albergó el Ayuntamiento. Se trata de uno de los pocos ejemplos en la ciudad del tránsito del neoclasicismo al eclecticismo. Utiliza un lenguaje sobrio en el que combina elementos de tradición clasicista dentro de una contención ecléctica.
En la actualidad es la Casa Galega da Cultura, un centro multidisciplinar que combina la programación de actividades artísticas y literarias con la existencia de un fondo bibliográfico y museístico basado en el estudio de la realidad histórica y actual de Galicia.
17. Concatedral de Santa María
La Concatedral de Vigo, conocida popularmente como La Colegiata, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa de Vigo, exponente del arte neoclásico en Galicia y el templo más importante de la ciudad. Se erigió en 1811 y fue diseñada por el arquitecto Melchor de Prado y Mariño.
La iglesia se construyó en el lugar de la antigua, que tuvo que ser derruida debido a su estado ruinoso y a las normas higienistas de la época que recomendaban la construcción de cementerios fuera de las poblaciones. El de la colegiata estaba saturado desde 1805, por lo que se toma la decisión de construir una nueva iglesia y trasladar el cementerio.
En la fachada derecha del edificio, destaca el reloj de sol, obra del escultor Juan Agustín Domínguez. Este no está orientado hacia el sur, por lo que lo hace singular.