Las villas marineras abundan en las Rías Baixas, ya que es una zona en la que el mar es uno de los principales protagonistas. Sus gentes tienen un vínculo especial con el mar. La mayoría viven del él, ya sean marineros, mariscadores u otros puestos de trabajo que tienen que ver con el mar. Pero este también supone una vía de ocio en múltiples formas, o un medio de desconexión que aporta paz mental.
Descubre las villas marineras con más encanto de las Rías Baixas
Además, las villas marineras suelen tener un encanto especial, con los puertos llenos de barcos, pequeñas calles, atardeceres increíbles, espacios naturales… Por no hablar de la maravillosa gastronomía basada en pescados y mariscos de primera calidad.
Entre los pequeños pueblos que se ubican por toda la costa de las Rías Baixas, te presentamos algunas de las villas marineras más bonitas de la provincia que debes conocer:
1. A Guarda
Entre el río Miño y el océano Atlántico, su paisaje se caracteriza por aunar río, mar y montaña en una misma panorámica. Otro rasgo propio de A Guarda es su colorida fachada marítima, conformada por las casas más antiguas del pueblo. La multitud de colores de estas casas le aporta vida y alegría a la villa. Como buen pueblo marinero, aparte de las estrechas calles empedradas, grandes plazas y edificaciones típicamente marineras, también cuenta con fiestas populares propias, entre ellas la Fiesta de la Langosta, el producto estrella de la localidad.
Además de las atracciones de la zona costera, uno de los símbolos más importantes de A Guarda es el Monte da Tecla, conocido por sus yacimientos arqueológicos. Con una visita a este lugar podrás revivir la prehistoria, con un conjunto enorme de castros antiguos y un museo arqueológico que no deja indiferente a nadie.
2. Baiona
Se trata de una de las villas marineras con más historia de Galicia. Presume de ser el primer puerto europeo en tener noticias del descubrimiento de América. De hecho, a día de hoy lo festejan con una de sus fiestas populares, la Arribada. También hay otros guiños a este momento histórico en el pueblo, como la réplica a la Carabela Pinta en el puerto.
Las calles angostas y empedradas, con casas nobles, edificios con soportales bajos y amplios ventanales en las casas crean una atmósfera especial que envuelve a todos los que visitan Baiona. Por otra parte, una de las paradas obligatorias si visitas este pueblo es la fortaleza de Monterreal, hoy en día convertido en Parador Nacional y que tiene una muralla del siglo XIV construida durante la guerra con Portugal.
3. Vigo
Los barrios de Bouzas y O Berbés
En la ciudad de Vigo todavía hay sitio para la tradición marinera de antaño, y los barrios de Bouzas y O Berbés son un claro ejemplo. O Berbés es la puerta de entrada al casco viejo de la ciudad, y se caracteriza por su arquitectura marinera. En el barrio se realizaban faenas vinculadas a la pesca, como la limpieza y venta del pescado o el desenredo de aparejos, lo que motivó la aparición de soportales. La mayoría de las casas, sobre todo las más próximas a la costa, tienen soportales, donde incluso los marineros amarraban sus embarcaciones cuando llegaba la marea a ellas.
Bouzas por su parte es uno de los rincones más pintorescos y especiales de la ciudad olívica, ya que conserva a la perfección su paisaje marinero. Un dato curioso es que posee el título de Villa, otorgado por el Carlos II en 1778. Antes era un pueblo independiente a Vigo, y a pesar de unirse a la ciudad aún conserva el título.
4. Combarro
Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1972, esta villa es un museo de la arquitectura tradicional gallega. Su pequeño casco viejo, y núcleo del pueblo, está conformado de más de sesenta hórreos numerosos cruceiros y estrechas calles empedradas y decoradas con plantas. Estos elementos crean una atmósfera única en la villa y hace que sea uno de los principales atractivos turísticos de las Rías Baixas. Además, la arquitectura de las casas es puramente marinera, ya que las casas que están en primera línea están en contacto directo con el agua. De esta forma, los marineros atracaban directamente en casa sus embarcaciones.
5. O Grove
Uno de los principales rasgos más característicos de esta villa es la calidad de sus productos. Muchos lo llaman «El Paraíso del Marisco». De hecho, una de las fiestas populares más importantes del pueblo es la Fiesta del Marisco, uno de los mayores eventos gastronómicos de la provincia e incluso de Galicia. Por lo tanto, si visitas O Grove no podrás irte sin antes probar una buena mariscada.
Además del marisco, O Grove cuenta con numerosas atracciones turísticas como paisajes naturales y protegidos, increíbles miradores, esculturas y monumentos, museos, paseos por la costa, la Illa da Toxa… También destaca por sus numerosas playas, sobre todo en San Vicente do Mar, en las que podrás pasar un agradable día.
6. Cambados
Este pueblo es conocido por su excelente vino blanco, apodado como capital del albariño, cada año se celebra la Fiesta del Albariño, a la que acuden miles de personas. Allí se pueden degustar numerosos vinos procedentes de bodegas cercanas, haciendo de esta fiesta un rasgo distintivo de Cambados y que lo sitúa en el mapa.
Por otra parte, el barrio de Santo Tomé es otro de los atractivos del pueblo. En él se encuentran las típicas viviendas marineras, recubiertas de conchas y con balcones o galerías convertidos en miradores hacia la ría. Aquí estaba el antiguo puerto pesquero, que hoy en día es un refugio para las embarcaciones de pesca artesanal.
7. Illa de Arousa
Es el paraíso natural de la comarca del Salnés por excelencia y una de las villas con más carácter marinero de las Rías Baixas. Tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la industria de salgadura y pesca de sardina en la zona, ya que acogió la primera fábrica en toda Galicia.
La esencia marinera impregna sus calles, especialmente el barrio de Pedraserrada. Además, cuenta con más de once kilómetros de playas y pequeñas calas, desde el puerto pesquero hasta los barrios antiguos, entre las que puedes pasear tranquilamente.
8. Portonovo
Pertenece al municipio de Sanxenxo, y su propio nombre indica el vínculo que tiene con el mar. Aunque en los último años se ha convertido en un pueblo turístico en el que pasar el verano, la actividad pesquera continúa. Prueba de ello es el puerto, lleno de barcos, y las subastas diarias en la lonja. Una de las características de Portonovo son sus bonitas playas, desde donde puedes iniciar un recorrido hasta el puerto.
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