En esta edición de ‘Una Dougall’s con’ conocemos a Carmen Muro y Cheward Román de ‘SiemprePrimavera’. Esta pareja pasó de trabajar en Ibiza a Nueva York. Ahora, instalados en Reinosa, continúan interpretando la belleza por medio del mundo floral.
Cheward y Carmen, ¿Cómo entendéis el proyecto “SiemprePrimavera”?
‘SiemprePrimavera’ nació de la espontaneidad de la vida, es decir, su nacimiento no fue algo buscado.
De hecho en la primera compra material que hicimos hace alrededor de unos dieciocho años más o menos, nos llamó la atención una caja de flores que andaba por el suelo y que aún así sin saber qué íbamos a hacer con ellas fue un enamoramiento casi a ciegas. Me acuerdo que más tarde de aquella compra, acabaron siendo las flores el alma de expresar belleza y arte por medio de sus colores, las texturas e incluso las historias que conforman. Para resumir, SiemprePrimavera no es algo que viene de la cabeza sino de las tripas.
Entiendo que es muy importante para vosotros conseguir con vuestro trabajo un bienestar común de las personas ¿Me equivoco?
A ver, es inevitable que trabajando con flores, viviendo con ellas, sintiendo la vibración de las historias que nos cuentan cuando se juntan, no pretendamos que las personas no se contagien con la belleza, con la emoción que las flores transmiten en su manera más fiel de expresión. Compartimos una manera de interpretar la belleza por medio del mundo floral y es cierto que cuando coincide con la opinión de las personas, con el gusto, entonces claro, el jardín podemos decir que está completo.
¿Para trabajar tenéis que parar la vida, paráis de trabajar para vivir? O …
En realidad en nuestro caso la vivimos como una manera continua de vivir, vinculando ambas expresiones, tanto el trabajo como la vida, con el momento presente y por supuesto con la conciencia de cada uno de esos momentos.
La regla 3-30-300 afirma que cada persona debe poder ver desde su propia casa al menos 3 árboles.
¿Es importante incluir la Naturaleza en las ciudades?
más que importante es necesario, como que somos parte de ella. Entonces la respuesta es sí, un sí rotundo. Y el matiz que abro es que a veces estamos tan despistados, en modo automático me refiero, que no vemos la naturaleza que nos rodea, no la damos la suficiente atención, ni tampoco el tiempo como para estar en esa comunión por unos breves instantes y que de rebote estaríamos con nosotros mismos, con nuestra propia naturaleza.
En vuestro proceso de creación, ¿Qué es lo primero?
Probablemente lo primero es vaciarnos de todo lo que nos sobra. Para así, ir al sitio donde el puzzle toma forma.
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