Cuando la superheroína no es la solución
Esta adaptación de las aventuras de la superheroína creada en 1941, era esperada con muchas ganas por los fans acríticos del cine gestado a partir de los tebeos de DC Comics, y por prescriptores culturales afectos a agendas ideológicas y mercantilistas varias. Es la razón de que la película esté siendo tildada, al menos en Estados Unidos, de obra maestra, cuando se trata de una producción tan simpática como menor. Más nítida, desde luego, que
Batman v Superman: El amanecer de la justicia (2016) o
Escuadrón suicida (2016), pero, en el fondo, tan fallida como aquellas. La lucha de Diana de Themyscira (
Gal Gadot), criada de espaldas al mundo de los hombres, y el militar estadounidense Steve Trevor (
Chris Pine), contra un perverso plan alemán para convertir la Primera Guerra Mundial en el Apocalipsis, brinda momentos épicos y románticos, hasta funcionar a nivel elemental durante parte de su metraje. Pero no aporta nada memorable, ni a lo superheroico, ni como propuesta feminista en el ámbito de la cultura popular. Muy por debajo del personaje en sus mejores versiones para las viñetas, toscamente realizada, de discursos contradictorios, y con unos efectos visuales muy mejorables.
Lo mejor:
Gal Gadot como presencia, y Chris Pine como galán cómico y romántico
Lo peor:
La película roza el ridículo en los últimos minutos