Para acercarse a una manifestación religiosa y cultural como es nuestra Semana Santa y conseguir disfrutar de su esencia hay que abrir bien los ojos y estar receptivos.
Para disfrutar de la Semana Santa de Zaragoza tenemos que dejarnos llevar, vivir y experimentar. Disfrutemos del olor del incienso, de la belleza de los pasos, del colorido de las túnicas y del sonido (que no es nunca ruido) que atruena y estremece.
Nuestra Semana Santa Zaragoza, una tradición que se renueva cada primavera, declarada de Interés Turístico Internacional.
La Semana Santa de Zaragoza cuenta con más de 700 años de historia, 53 procesiones, algunas de ellas únicas por su singularidad y más de 16.000 cofrades. Pero lo que realmente la convierte en un acontecimiento diferente es precisamente su sonido; más de 4.000 bombos y tambores acompañan los pasos y procesiones por toda la ciudad, haciendo vibrar a ciudadanos y visitantes venidos de todos los rincones.
Las Cofradías
Desde el siglo XVIII, los pasos eran llevados a hombros por los llamados terceroles, labradores y ganaderos de los alrededores, que vestían hábito y tercerol de color negro.
En 1935 la tensión política y las dificultades hacían muy difícil la organización de la Procesión del Santo Entierro, por lo que los pasos fueron sacados por miembros de asociaciones religiosas y jóvenes.
En 1937, se creó la primera cofradía de Semana Santa, tomando a su cargo el paso de Nuestra Señora de la Piedad. En años sucesivos fueron creándose otras cofradías, hasta 25, cada una con sus propias peculiaridades, que fueron haciéndose cargo de los pasos propiedad de la Sangre de Cristo, o encargaron pasos propios.
La mayor peculiaridad es que todas las cofradías, además de realizar sus procesiones particulares, se incorporan a la procesión del Santo Entierro componiendo un Vía Crucis completo, donde se pueden contemplar todos los momentos de la Pasión.